El cambio en la polaridad de los imanes en diferentes hemisferios terrestres se relaciona con la forma en que el campo magnético de la Tierra interactúa con una brújula, más que con un cambio en los imanes mismos.
La Tierra actúa como un gran imán debido al movimiento del hierro líquido y otros metales conductores en su núcleo externo, generando su propio campo magnético. Este campo magnético tiene dos polos principales: el polo norte magnético y el polo sur magnético, que son aproximadamente cercanos a los polos geográficos, pero no coinciden exactamente.
En una brújula, la aguja está magnetizada de tal forma que una punta apunta al norte magnético y la otra al sur magnético. En el hemisferio norte, la parte de la aguja que apunta al norte magnético está etiquetada como “norte”, mientras que en el hemisferio sur, la parte que apunta al sur magnético se etiqueta como “sur”. Esto puede dar la impresión de que la polaridad de los imanes cambia, pero en realidad es la orientación de la aguja de la brújula en respuesta al campo magnético de la Tierra la que varía según la ubicación geográfica.
Además, es importante notar que el campo magnético terrestre cambia con el tiempo y ocasionalmente se invierten los polos magnéticos (aunque esto sucede en escalas de tiempo geológicas muy largas), pero esta inversión es uniforme en todo el planeta y no depende del hemisferio.
Algunos autores lo justifican porque el movimiento del agua es distinto, en el hemisferio Norte gira en sentido horario y en el Sur en sentido antihorario.